El sábado 6 de marzo por la mañana el Ayuntamiento de Bilbao desalojó a varios jóvenes de origen africano que dormían en la cancha de Atxuri. Fueron despertados abruptamente por la mañana y obligados a abandonar el lugar bajo la orden de no volver a dormir allí. La policía llegó acompañada de dos camiones de basura donde se tiraron las pertenencias que los jóvenes no pudieron llevarse, como mantas y sacos para combatir el frío. Su “delito”: no tener un lugar digno donde dormir y refugiarse en un espacio público. Este es el comportamiento del Ayuntamiento de Bilbao ante las personas que viven en la calle. En vez de enviar a profesionales de lo social para valorar su situación, informarles y facilitarles ayuda; envía a las fuerzas de seguridad para desalojarlos y reprimirlos, los amenaza y tira a la basura sus pertenencias. Las administraciones públicas deben garantizar los derechos humanos a todas las personas y la vivienda es un derecho fundamental recogido en nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, el consistorio de la capital vizcaína repite este tipo de actos inhumanos con regularidad.

¿Por qué hay personas viviendo en la calle en nuestra ciudad? Las causas del sinhogarismo son muy variadas. Pero en todos los casos hay un elemento común: no se destinan recursos suficientes para afrontar estas situaciones y las instituciones públicas dan prioridad a otros gastos frente al gasto social. Los jóvenes que pernoctaban en Atxuri son africanos y conocidos en el barrio. Huyeron de sus países de nacimiento en busca de una vida mejor. Huyen de la guerra, de la sequía, de la miseria, de la explotación… Muchos de esos países han sido y siguen siendo explotados por las potencias occidentales con la connivencia de la clase política local, y las oportunidades para tener una vida digna allí son habitualmente inexistentes. Estos jóvenes no querían abandonar su hogar y ni a su familia para embarcarse en una peligrosísima travesía donde muchas personas mueren. Lo han hecho por necesidad. Cuando llegan aquí en vez de encontrar una mano amiga y solidaria que les ayude a rehacer sus vidas, se encuentran la iniquidad y la represión del consistorio.

Desde Ongi Etorri Errefuxiatuak queremos que Bilbao sea una ciudad de acogida llena de gestos de solidaridad hacia las personas que viven en la calle. ¡Basta de racismo institucional! ¡Nadie sin hogar!