Falta una semana para que empiece la Caravana Balcánica, el viaje militante que organizamos cada año con la red estatal Caravana Abriendo Fronteras. Empiezo a sentir el frenesí de escribir y compartir. ¿Por dónde empezar? ¿Leo de forma exhaustiva todos los informes sobre la guerra de los Balcanes y la situación actual de los emigrantes que los atraviesan? ¿Voy corriendo a comprar una tienda de campaña? ¿Preparo juegos y canciones para ocupar los 6000 km de viaje? ¿Repaso los pasos del dabka palestino para los talleres de baile? ¿Salto en un flixbus para ir a saludar a mi mamá antes de salir? ¿Limpió frenéticamente mi casa para hacer desaparecer cualquier atisbo del curso escolar 23-24 y de sus ruidosos adolescentes?
La climatología actual (en otras palabras, el verano podrido y la lluvia incesante) nos mantiene optimistas, nos olvidamos ipso facto del calor que sufrimos en las anteriores caravanas donde muchas veces hemos deseado realizar todas las manifestaciones de noche o bien nadando en el Mediterráneo. El clima político, sin embargo, no es tan halagüeño.
En el barrio bilbaíno de San Francisco (por si no lo conocéis, San Francisco está situado cerca del barrio de Irala, mundialmente conocido), las asociaciones denuncian un aumento muy notable de la violencia racista: delitos de odio en buzones aludiendo especialmente a las personas menores de edad, pintadas fascistas, brutalidad policial, cristales rotos en una mezquita…
En Calais (un poco más lejos de Irala, y más cerca de Bruselas, para seguir utilizando una toponimia egocéntrica) la asociación “l ́Auberge des Migrants” denuncia una notable escalada racista, después de las elecciones europeas del nueve de junio. La semana pasada, por ejemplo, un coche con nueve personas a bordo se dedicó a perseguir a un grupo de migrantes por la calle. Resultado, un joven sudanés de 17 años hospitalizado. También hablan de gente que lanza piedras hacia personas migrantes, de violencias verbales contra personas voluntarias de las asociaciones de apoyo a personas migrantes..
En Bélgica (más lejos todavía de Irala), la directora del Mouvement Contre le Racisme et la Xénophobie, MRAX), denuncia en la prensa la correlación entre la liberalización del discurso racista, la apropiación desacomplejada de los discursos identitarios y el auge de la extrema derecha.
No sigo más para no aburriros, bueno, porque tampoco me entero mucho de lo que ocurre en el resto del mundo.
Manifiesto de Caravana Abriendo Fronteras: A los gobiernos de la Unión Europea les exigimos el cese del racismo, la violencia, el abuso de autoridad en Europa.
Allí vamos, *faltan 6 días*.
Esta semana, hay convocatoria de manifestaciones contra la brutalidad policial en San Francisco (Bilbao) Y, al mismo tiempo, contra la extrema derecha frente a la embajada francesa de Bruselas. ¿A dónde voy? ¿Quiénes son mis paisanas? ¿Quiénes son los míos?
Me decido por el color verde fluorescente del flixbus 807 que me llevará a Bruselas en solo 17 horas. Mientras recorro las aburridas llanuras francesas, 89 personas desaparecen al naufragar un cayuco frente a la costa de Mauritania. Sólo 9 personas pueden ser rescatadas y otras 72 están desaparecidas. Son en su mayoría familias de Senegal y Gambia que han “elegido” la ruta más peligrosa, la atlántica. Pero, tal cómo recalca Tous Migrants: “las personas mueren ahogadas, mueren de frío en la nieve, deshidratadas en el desierto, pero no por ser irresponsables y correr riesgos absurdos sino como resultado de un conjunto de decisiones políticas y prácticas policiales que les ponen en peligro”.
Manifiesto de Caravana Abriendo Fronteras: Si no somos capaces de aprender de la Historia, si somos testigos de un genocidio televisado y asistimos a la muerte de la Europa de los derechos humanos, al menos nos queda la lucha y el grito de “no en nuestro nombre”. Los valores de Europa se hunden aún más en el fondo del mismo mar donde pierden la vida miles de personas buscando refugio.
Allí vamos, *faltan 5 días*.
El resto de la semana nos depara, sin embargo, dos noticias esperanzadoras: La primera es la liberación de Youssef El Mahmoudi, joven activista saharaui retenido desde hace casi dos semanas en el aeropuerto de Bilbao, en huelga de hambre frente a la amenaza de ser deportado a Marruecos tras ser denegada su petición de asilo. Las compañeras de Ongi Etorri Errefuxiatuak se han unido a las movilizaciones convocadas por varias asociaciones y sobre todo activistas saharauis y el piloto se ha negado a despegar alegando motivos de seguridad.
Manifiesto de Caravana Abriendo Fronteras: No queremos mirar hacia otro lado, no vamos a cesar en la lucha por los derechos de las personas migrantes y refugiadas.
Allí vamos, *faltan 4 días*.
Esperemos que tenga igual suerte Doudou Cham, portavoz de la Coordinación de las Personas Sin Papeles encerrado en el CIE de Vottem (sur de Bélgica) desde el 5 de abril. Doudou lleva 16 años en Bélgica, a donde llegó huyendo de las persecuciones políticas sufridas en Gambia. “Trabaja y milita activamente en el tejido asociativo del país, es nuestro compañero de trabajo, vecino, y amigo, tiene mil maneras de demostrar su arraigo” denuncia el Colectif de Résistence
aux centres pour Etrangers (CRACPE) que, cómo todos los sábados, ha llamado a concentrarse delante de los altos muros y alambres del Cie de Vottem.
Es un lugar alejado y muy aislado, no hay ni pueblo, ni tiendas, ni gente pasando, ¡ni un bar! Después de coger el tren de Bruselas a Lieja, he cogido un bus para cambiar de estación y luego otro para llegar a Vottem.
En cuando bajo, veo una pareja joven y les pregunto. Enseguida vemos a un hombre de pelo blanco, chaleco reflectante y voz potente que ha bajado de la bici para unirse. En la acera hay un coche aparcado y France abre el maletero de su coche para sacar el bafle, la escalera y el megáfono.
¿Os acordáis de France? la conocimos hace dos años en la #Marcha a Bruselas. Ella se sube en la escalera y coge el micrófono para saludar a las personas privadas de libertad, ponerles al tanto de las últimas novedades, gritar el número de teléfono de la permanencia de asesoría jurídica, y recoger sus inquietudes y peticiones.
Juntas gritamos y aporreamos la espesa puerta que nos separa de las personas privadas de libertad. “SO so so solidarité avec les Sans Papiers du monde entier”.
¡Esas son las mías!
Las compas que se dedican a aporrear puertas, cortar vallas, denunciar los obstáculos, peligros y la brutalidad en cualquier frontera.
Manifiesto de Caravana Abriendo Fronteras: la deriva de una Europa cada vez más deshumanizada hace más necesaria la continuidad de esta experiencia de denuncia colectiva.
La respuesta de los gobiernos europeos y mundiales a la libertad de los pueblos en movimiento es una geografía del terror.
Allí vamos, *faltan tres días*.
El segundo motivo de alegría de esta semana es la victoria in extremis del Nouveau Front Populaire en Francia.
Es mi última noche en Bélgica y he quedado con mi amiga Anne. Tomamos una deliciosa cerveza trappiste, la Rochefort 8, en la Place du Vieux Marché de Namur (porque Bélgica no es sólo Bruselas, la Unión Europea, Brujas y Gante… también están los hermosos paisajes del sur, de Valonia).
Comentamos los halagüeños resultados del NFP, el auge de la extrema derecha incluso en Valonia, el genocidio palestino, cómo hacer frente al desgaste de la vida profesional y combativa, Y también a la vejez. Nos conocimos con 20 años, alegres y combativas, en la escuela de trabajo social, Han pasado muchos años y seguimos combativas, pero la notó triste. ¿Miedo a la vejez? Le comento mi antídoto: Caravana Abriendo Fronteras, un espacio donde
compartimos luchas y resistencia, donde nos cuidamos entre amigas, aprendemos juntas,
damos valor a las experiencias ajenas, a las luchas pasadas y presentes. Tropezamos a veces por colonialistas, otras por paternalistas, por viejas, por ser cuadradas, inflexibles, carnívoras, veganas, estrechas, radicales, doctrinarias, un poco sordas, un poco autoritarias, insomniacas, desmemoriadas y, lo peor de todo, también roncamos. Pero después de tropezar, nos levantamos porque nos necesitamos y nos queremos.
Allí vamos, *sólo faltan dos días*.
Meto en mi mochila la colchoneta autoinflable, las camisetas militantes de todos los colores, mi cepillo de dientes, cargador de móvil, protección solar, boli y libreta de apuntes, utensilios de cocina reutilizables, cancionero ochentero y las compañeras están en el local de OEE revisando todo el material de propaganda, dibujando las últimas pancartas, cerrando los cuadros de excel de las finanzas, diseñando los planes de comunicación, preparando playlist de música, reservando plazas de hoteles para las compas que no pueden dormir al suelo. Compruebo por vigésima vez la presencia de mi pasaporte, teléfono y gafas en mi mochila (cada día me vuelvo más obsesiva, otra señal de la edad), cierro la cremallera y me quedo un momento mirando el cielo despejado que concluye el primer día de canícula del verano.
Me acuerdo una vez más de los versos de *Heba* *Abu Nadal,* poetisa, novelista y activista feminista palestina asesinada a la edad de 32 años el pasado 20 de octubre por los bombardeos israelies en Jan Younis.
La noche en la ciudad es oscura,
excepto por el brillo de los misiles;
silenciosa, excepto por el sonido
del bombardeo;
aterradora, excepto por la promesa
tranquilizadora de la oración;
negra, excepto por la luz de los mártires.
Buenas noches.
Heba, nos llevamos las palabras que escribiste tu última noche: “sepan que estamos satisfechos y firmes, y digan al mundo, en nuestro nombre, que somos personas justas”. Es un privilegio caminar contigo.
¡¡A dormir, que *sólo faltan unas pocas horas para salir* !!!
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