Me despierto a las 3 de la mañana con varias dudas existenciales.
¿Por qué no hemos logrado hacer más actuaciones de dabka?
¿Qué hacemos con las sobras de pan, jamón y queso?
¿Cómo animamos el bus para estas últimas horas de viaje?
¿Quién es mi amiga invisible?
Una última ducha bajo el caprichoso tubo de plástico y un último café mañanero. Fregamos, guardamos todo en las mochilas y subimos al bus. Eli, mi compañera de animación del bus, propone una dinámica para disipar la tristeza de la salida y la falta de sueño: definir nuestro estado de ánimo mañanero con un color, un animal o una imagen. ¿Cómo me he levantado hoy? Yo me siento como un queso de emmental, llena de agujeros, por las compañeras que hemos conocido y dejado, por las caravanistas que ya se quedan en Trieste para coger el avión de vuelta o prolongar sus vacaciones, en el bus hay muchos asientos libres, bien para estirar las piernas, mal para el calor humano.
Dentro de pocos kilómetros, tendremos que adivinar quienes han sido nuestras amigas invisibles durante toda la semana. ¡Complicado! Propongo que para el siguiente viaje salgamos de esa tradición scout que además varias compañeras tienden a mercantilizar: “mi amigo invisible me ha comprado un croissant, un ventilador, una botella de agua, unas galletas” . Tener una enemiga invisible es mucho más divertido:
Le desinflas la colchoneta durante la noche para no tener que repetir, se la pinchas, le robas el plato, el vaso o ambos, para que no pueda comer o, peor todavía, tenga que utilizar un plato de usar y tirar, Le escondes el cargador, la libreta de apuntes o el abanico, le metes piedras en la mochila, le colocas un despertador que suene a media noche, Le das falsa información para que llegue tarde o no esté nunca en la cola necesaria. Hablas compulsivamente mientras quiere dormir, escribir o relajarse. ¡Y seguramente que se os ocurre mucho más!
Alberto nos describe su malestar al compartir el espacio con las personas en movimiento en la Piazza do Mondo. Reflexionemos desde nuestros privilegios:
“Yo estaba sentado en una terraza de la plaza, tomando una cerveza y la mirada del chico de enfrente me fulminó. Su cara era un mapa de dolor. Nos relacionamos con ellos desde nuestros privilegios. ¿Les hemos dado nuestro teléfono para invitarles a nuestra casa cuando llegan?”
En el bus, Jone sigue bordando. El hilo rojo nos desvela el nombre de Abdel Razak al Qastal, joven sirio de 18 años que murió después de ser torturado por la policía turca. Dida e Iratxe bordan mariposas que representan las personas desaparecidas. La mariposa 73 es la de un cuerpo que apareció cerca de las costas de Qasr Alkayar (Lybia), en un naufragio donde 61 personas desaparecieron. De Centroamérica a los Balcanes, del Mediterráneo a las Islas Canarias, de la frontera de Trieste a la frontera italo-francesa, las Mantas de la Memoria viajan para preservar las historias de las personas, poner nombre a los números, preservar la memoria de las personas desaparecidas en las fronteras. El viaje transcurre entre bordado, sentimientos, poesía, mientras vemos desfilar las Dolomitas.
Llegamos a la Casa Cervi, un museo en Gattatico, en el centro norte de Italia, para descubrir la historia de la familia Cervi, representativa del movimiento antifascista. En ese caserío grande, ahora convertido en museo, vivía una familia campesina, la de Genoeffa y Alcide Cervi con sus siete hijos e hijas. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue un punto de referencia y de ayuda concreta para personas antifascistas y desertores y se ha convertido en un punto de referencia del antifascismo y la democracia. Visitamos la amplia casa, dedicada a la memoria de la familia Cervi y de la Resistencia al fascismo.
Aquí se inició una tradición gastronómico-reivindicativa original: la Pastasciutta Antifascista. El 25 de julio de 1943, Mussolini fue detenido. La noticia fue recibida con alegría y entusiasmo por la población, que pensaba que eso significaría el fin de la dictadura y de la guerra. La familia Cervi decidió invitar a todo el pueblo a comer pastasciutta: una receta de espaguetis con mantequilla y queso parmesano. La elección del menú no es baladí: Musolini detestaba la pasta, indigna según él de alimentar a los hombres del futuro.
Desgraciadamente, esa fecha no marcó el fin del fascismo en Italia, el ejército alemán entró en Italia y la represión recrudeció. El 28 de diciembre de 1943, detuvieron a Alcide Cervi y sus siete hijos y les llevaron al Polígono de Tiro de Reggio Emilia. Allí mismo fusilaron a Gelindo, Antenore, Aldo, Ferdinand, Agostino, Ovidio y Ettore. Sólo se salvo el
padre. Genofeffa, la madre, sobrevivió menos de un año a sus hijos, y se murió de pena. Álcide mantuvo el caserío con dos viudas y muchos nietos. La tradición sigue y todos los jueves 25 de julio, tanto en la Casa Cervi de Gattatico como
en muchos sitios de Italia se siguen organizando Pastasciutta Antifascista.
La caravana sigue hacia el presidio de Venaus, que conocimos hace dos años, un lugar emblemático en muchas luchas y resistencia, como la lucha anti-TAV. La última noche es muy alegre, se comparten canciones y muchas vivencias.
Yo me quedo en Italia: cambio mi condición de activista por la de turista. He pasado a ser parte de esa especie invasora. Intento reducir mi nocividad: abulto lo menos posible, hablo bajito, no sigo a la gente que lleve un paraguas en alto, no llevo calcetines con las sandalias ni camisas hawaianas.
Me despido con una poesía de nuestro compañero bosnio Ramiz Berbic, víctima de la guerra, poeta, activista LGTBI, por la paz y los derechos de las personas.
Lo que él escribió sobre las fronteras de los antiguos países balcánicos es válido para dedicárselo a las personas en movimiento que desde hace 8 años recorren la ruta de los Balcanes sorteando ríos, montañas nevadas, tiendas cerradas, policías sádicos y poblaciones hostiles.
Frontera territorial: (traducido del bosnio)
“La frontera borra las corrientes de la civilización humana
Destruye la relación social humana
Borra honestidad y justicia
Destruye la mejilla y el orgullo humano
Déjanos con intolerancia y odio.
Desunión, resistencia y caos
Haznos peones de ajedrez
(…)
No reconozco las líneas fijas
Están todas empapados en sangre, sangrientos
Fueron asesinados por la frontera.
Las muchas cabezas humanas
Por eso hoy son más fuertes por ley
Soldados y armamentos, custodiados
Respeta la frontera natural
Frontera, tierra y mar
Construimos respeto, solidaridad, comprensión
Vamos a esforzarnos un poco
Construimos la libertad y el amor en el mundo
No tenemos otra opción
Sentido, Sentido, despierta.
Todos somos iguales.
Detener el crimen y el derramamiento de sangre.”
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