Tal como dice la Declaración de la Internacional de Resistentes a la Guerra: “La guerra es un crimen contra la humanidad. Por lo tanto, estamos decididas a no apoyar ningún tipo de guerra y a esforzarnos por eliminar todas las causas de la guerra”

Hay que detener inmediatamente la violencia en Palestina e Israel. Exigimos el inmediato alto el fuego y el cese de los bombardeos indiscriminados sobre la población civil de Palestina por parte del ejército israelí. En la guerra de Israel contra Palestina condenamos los crímenes de guerra perpetrados por Hamás y los bombardeos, el estado de sitio, el exterminio y el genocidio que perpetra el Estado de Israel sobre la población de Gaza.

Condenamos también el cinismo criminal de las potencias occidentales que en Ucrania apoyan al país ocupado y en Palestina al país ocupante, mostrando su evidente apoyo incondicional a los intereses de EE.UU. y haciendo caso omiso de todas las resoluciones de la ONU sobre Palestina -incumplidas por Israel-, así como la ambigua posición de la U.E. donde sus diversas voces representantes no acaban de tomar una posición nítida sobre la urgencia de un alto el fuego. El acoso del estado de Israel -baluarte de EE.UU. en la región- sobre Palestina comenzó el mismo día de su creación como Estado, en 1948. 

A veces la guerra se libra con misiles y balas. A veces, se hace restringiendo el acceso a los recursos básicos (agua, comida, combustible, territorio…) que permiten a las personas satisfacer sus necesidades básicas y que la vida sea posible. Las guerras siempre las sufren los pueblos. Detrás de todas las guerras hay intereses económicos o geoestratégicos, alejados de los intereses de los pueblos. 

Se nos exige tomar partido en las guerras, sin embargo, rechazamos la guerra como medio de resolver los conflictos. En ambos bandos hay víctimas inocentes, y en ambos lados hay, ha habido y habrá quienes rechazan la violencia, también la de su propio Estado. Sin embargo, sería injusto y tampoco queremos pecar de “neutralidad” ante una realidad desigual donde una parte, Israel, es una poderosa potencia ocupante y la otra Palestina, un pueblo al que se le niega la posibilidad de la formación de un estado propio y al que se le va robando territorio permanentemente, expulsando a familias palestinas para ir afianzando asentamientos ilegales de colonos israelíes. El sionismo, nacido en Europa bajo el lema “Una patria para el pueblo judío” se convirtió desde sus principios en un proyecto de régimen de apartheid para el pueblo palestino, sometiéndolo en las últimas décadas a un cruel confinamiento dentro de sus muros, tanto en Cisjordania como en la franja de Gaza.

Estamos con quienes eligen construir la seguridad y la paz de forma no violenta, generando lazos de confianza y cooperación, apoyando a quienes se niegan a matar incluso cuando están bajo una inmensa presión para hacerlo. Y desde esta postura, nos atrevemos a imaginar una situación más justa y un mundo en paz. Nos comprometemos a escuchar y amplificar estas voces, y por ello hemos de decir, que el pueblo palestino ha intentado numerosas veces realizar protestas pacíficas como las llamadas “Marchas del Retorno” donde decenas de miles de personas palestinas participaron frente la frontera israelí en la franja de Gaza y fueron masacrados por las fuerzas israelíes. Asimismo, actualmente, en todo el mundo ¡y también en Israel! se alzan voces desde las comunidades judías que exigen que paren las bombas en Gaza y se trabaje en soluciones y acuerdos de paz.

Nos solidarizamos con quienes sufren la guerra, con quienes se niegan a participar en ella y con quienes plantean enfoques pacíficos para resolver los conflictos, y finalizamos con la exigencia de un inmediato alto el fuego, la liberación de todos los rehenes y la reversión del ilegal avance colonizador, a las fronteras de 1967. Llamamos a la ciudadanía a movilizarnos para exigir el inmediato alto el fuego y el fin del estado de sitio a Palestina.

¡NO AL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO!

Posición de OEEB respecto a la guerra en Palestina