Bilbao, a 19 de marzo de 2020.

El martes 17 alrededor de las cuatro de la tarde, el coordinador del dispositivo de acogida de Zierbena, se puso en contacto con Ongi Etorri Errefuxiatuak para saber si podrían contar con el grupo de la Red Zierbena Sarea para transmitir a los chicos del puerto la situación de emergencia y el dispositivo que se estaba preparando para acogerlos el tiempo que fuera necesario durante el tiempo de confinamiento por el COVID-19. Por supuesto nos mostramos dispuestas a colaborar.

Para entonces ya estábamos en contacto con ellos pues todo su aprovisionamiento de comida, tabaco y medicamentos les exige llegar a Santurtzi y, cómo el resto de la ciudadanía, el lunes fueron informados en el camino pero el martes las advertencias habían sido más serias. A las seis de la tarde nos comunicaron que serían acogidos en el frontón de Zierbena, y organizamos una cita para que a las ocho y media de la tarde un autobús los acercara a dicho frontón.

Acudieron veinticuatro chicos. El dispositivo lo estaba preparando Cruz Roja y a pesar de haber llevado muchas mantas esa noche pasaron mucho frío. Ayer miércoles subieron cinco chicos más. Fue un día de ajustes y explicaciones. Zierbena Sarea sigue en contacto con ellos por redes, como siempre, intentando transmitir hacia uno y otro lado todo lo necesario para que el ambiente sea el mejor posible.

Si la situación es especial para quienes estamos en nuestra casa, es comprensible que necesiten explicaciones adecuadas y tantas como sean necesarias. A lo largo del día de ayer se llevaron calefactores y equipos contra el frío. Esta noche han dormido mucho mejor.
Cruz Roja, con la colaboración de la DYA, están al cargo de la vida en el frontón.
Desde ayer a la tarde no hay recursos policiales c

 

ustodiando el frontón.

En ningún momento  se amotinaron como titula hoy David S. Olabarri en El Correo, por lo que hemos pedido al medio que lo ha publicado que contrasten con el coordinador del dispositivo o la propia jefatura de la Ertzaintza y rectifiquen. No vamos a permitir la criminalización de las personas migrantes en nuestros puertos y en nuestros barrios.

Ahora más que nunca es preciso cuidar la cadena de transmisión de una infección aún más contagiosa: la del alarmismo y el miedo de una sociedad confinada. Pedimos responsabilidad a los medios para proteger especialmente a los sectores de población que, como las personas migrantes y sin hogar, están en una situación aún más difícil.