El Tribunal de Apelación de Tánger ha archivado la causa penal que seguía contra la defensora de los derechos humanos Helena Maleno, a quien acusaba de un supuesto delito de tráfico de personas por sus llamadas a Salvamento Marítimo o la Marina marroquí para advertir de pateras en riesgo.
En Ongi Etorri Errefuxiatuak nos alegramos de que, lo que a todas luces era una injusticia provocada por el ensañamiento del Gobierno del Estado español, haya quedado en agua de borrajas, aunque nadie podrá reparar el daño y dolor provocado por esta actuación contra una Defensora reconocida como tal internacionalmente y a la que pudimos abrazar cuando recogió el Premio Gernika por la Paz el año pasado. Zorionak Helena!
No obstante, no se puede bajar la guardia ante estos atentados a personas Defensoras de DD.HH. que se juegan literalmente la vida por salvar otras muchas en riesgo de perderla. Esperemos que a Helena le dejen en paz, tanto Frontex como la UCRIF, pero seamos conscientes de que en otros muchos casos, como en Latinoamérica o el Sahara Occidental está ocurriendo lo mismo. Como ha analizado la ONU, en lo que respecta a la Unión Europea, se está produciendo un verdadero hostigamiento y criminalización de las Defensoras de los derechos de las personas refugiadas y migrantes. El Relator Especial de la ONU avala lo anterior en un Informe en el que relata que “Los defensores de las personas en movimiento se enfrentan a restricciones sin precedentes, incluidas amenazas y agresiones, denuncias en el discurso público y criminalización”.
Y es que, las normas internacionales de derechos humanos no avalan bajo ningún concepto que organizaciones de la sociedad civil sean procesadas por prestar ayuda a personas refugiadas y migrantes. Si la equidad es un valor vinculado a las políticas públicas, la solidaridad se une directamente con los núcleos esenciales de los DD.HH. y las personas y organizaciones sociales tienen todo el derecho y el deber de ponerla en práctica, porque es una exigencia ética ineludible. Es más, prestar ayuda a quien la necesita, más allá de su situación administrativa, está perfectamente adecuado a la filosofía del Derecho Internacional de los DD.HH..
Ayudar a las personas a cruzar el Mediterráneo en la actual situación de reiterado incumplimiento institucional y aumento de necropolíticas es perfectamente legítimo, más allá de la legalidad comunitaria y nacional que prioriza las repatriaciones y las devoluciones en caliente. De ninguna manera la ayuda humanitaria y la solidaridad entre seres humanos puede ser ilegal. Como dijo la líder del movimiento sufragista Emmeline Pankhurst en 1908 al jurado que la estaba juzgando, “estamos aquí no por quebrantar las leyes, sino por nuestros esfuerzos por crear nuevas leyes”.
Desde OEE seguiremos denunciando las políticas de la UE en materia de migración y refugio, exigiendo a nuestros Gobiernos que respeten los Derechos Humanos , justamente lo contrario de lo que están practicando actualmente.
Bilbao, a 13 de marzo de 2019
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