Ongi Etorri Errefuxiatuak quiere denunciar que este trágico día de muertes en la ruta migratoria a Canarias y en las rutas migratorias  habituales, no es ninguna fatalidad, no es nada inevitable, no es algo que ocurra porque no haya alternativas de pasaje seguro.  Todo lo contrario, estas muertes son consecuencia de la deliberada política europea que las propicia al negar el derecho de las personas a migrar. La UE y el Gobierno español son culpables de estas muertes por acción, cerrando fronteras, y omisión, negando el socorro marítimo.

Ahora han sido 140 personas muertas en aguas de Senegal por una explosión en su embarcación camino de las islas Canarias, y más de 50 en una ruta similar, que quedaron a la deriva por avería en el cayuco, lo que en las dos semanas de errática ruta por aguas de Mauritania les obligó a arrojar por la borda los cadáveres de los compañeros y compañeras que iban falleciendo.

«…se siguen encontrando cuerpos»

Nos vamos mal acostumbrando a leer esa coletilla tras la insoportable nómina de naufragios de personas migrantes que se suceden a nuestras puertas, en el Mediterráneo y el Atlántico oriental. Personas que mueren porque su vida se hace insostenible en sus países de origen.

La Unión Europea, y el Gobierno español, no satisfechos con impedir la apertura de rutas seguras, para que las personas que se vean forzadas a migrar lo puedan hacer con garantías de seguridad, sigue endureciendo la legislación hasta llegar a la adopción de medidas inhumanas (como la devolución de migrantes a Libia y Marruecos) y crueles como la reciente propuesta del Consejo Europeo con la que elimina definitivamente la obligación de las cuotas de acogida, refuerza ¡por enésima vez! las fronteras exteriores, facilita y potencia la devolución de migrantes, y endurecen las condiciones -ya casi imposibles- para las solicitudes de asilo.

Desde Ongi Etorri Errefuxiatuak defendemos, antes que nada, el derecho  de las personas a no migrar forzosamente. Pero mientras estas condiciones no se den, exigimos la creación de vías migratorias seguras y la apertura de pasillos humanitarios.

 

NI UNA MUERTE MÁS, NI UNA VIDA MENOS