Autora: Cristina García de Andoin Martín

Publicada en Naiz (1-feb-2021)

Si la violencia policial que ahogó a George Floyd en Minnesota nos sacó del confinamiento moral el pasado mes de mayo, la misma violencia racista, que ahogó al menos a 15 jóvenes africanos en una playa ceutí, debería llevarnos a defender con la misma convicción que las vidas negras de Tarajal y la frontera sur también nos importan.

Después de 7 años de impunidad las Marchas por la Dignidad de Tarajal estarán más presentes que nunca en la península el próximo día 6 de febrero, aniversario del día en el que al menos 15 jóvenes africanos murieron tras ser tiroteados por agentes de la guardia civil con balas de goma, salvas detonadoras y botes de gas mientras trataban de acceder a nado a la playa de Tarajal.

Tarajal vuelve a estar presente porque continúan los 7 años de impunidad durante los que se ha archivado y reabierto el caso hasta tres veces con el empeño de CEAR, Coordinadora de Barrios y Observatori DESC, entidades personadas como acusación particular.

Tarajal vuelve a estar presente porque son ya 7 los años en los que las familias de las víctimas siguen en su dolor esperando verdad, justicia y reparación. Las autoridades españolas siguen sin atender las necesidades de las familias de las víctimas, que todavía no han podido identificarlas y han visto rechazadas sus peticiones para personarse como acusación particular, a pesar de que el motivo aducido para archivar el caso por tercera vez el 30 de octubre de 2019 fuera la falta de acusación particular.

Tarajal vuelve a estar presente porque el actual gobierno español mantiene vigentes leyes como la Ley de Extranjería, que aboca a la expulsión y a la precarización de quienes ya están aquí; y la Ley de Seguridad Ciudadana -conocida como Ley Mordaza-, que pretende dar cobertura legal a las ‘devoluciones en caliente’, como las 23 que se produjeron en Tarajal ese mismo día, o las que se dan en las vallas de Ceuta y Melilla.

Tarajal vuelve a estar presente porque el gobierno español, con la subcontratación de la violencia en Marruecos, ha desviado el flujo migratorio hacia la ruta canaria, provocando más sufrimiento y muerte y convirtiéndola en la ruta más peligrosa de Europa en la actualidad.  2170 muertes ha contabilizado la ONG Caminando Fronteras en las rutas hacia el estado español en 2020, siendo la ruta canaria la que acumula el 85% (1851 personas) de las personas fallecidas.

Tarajal vuelve a estar presente porque el mar nos devuelve la responsabilidad de acoger a quienes previamente Europa ha vaciado su despensa, como es el caso de la comunidad senegalesa. Europa debe poner fin a los acuerdos pesqueros que esquilman sus mares, su forma de vida y su alimento provocando desplazamientos en busca de una vida vivible.

Tarajal vuelve a estar presente porque el gobierno español, siguiendo la misma lógica inútil y contraria a los derechos humanos, está relanzando una operación conjunta con Frontex para frenar la llegada de cayucos a las islas canarias, la agencia europea de fronteras que está siendo investigada por devoluciones en caliente en la frontera entre Grecia y Turquía y que dispone de un cuerpo policial propio que pretende crecer hasta alcanzar los 10.000 efectivos. La militarización de las fronteras solo nos traerá más gasto militar y recortes sociales, más violencia y muerte en estos tiempos que se avecinan difíciles.

Tarajal vuelve a estar presente porque las políticas migratorias del gobierno español y de la UE siguen vulnerando los derechos humanos, devolviendo ilegalmente,  encerrando, torturando, deportando, dejando morir y haciendo morir a las personas en la Frontera Sur, pero también en el Mediterráneo central, en la ruta balcánica, en la frontera franco-italiana y en Hendaya. El impacto, las restricciones y la gestión de la pandemia no han hecho sino aumentar las dificultades en los desplazamientos, en la obtención de visados y en la realización de los trámites administrativos necesarios y, en definitiva, no ha hecho más que agravar las condiciones de vida de muchas personas en los países de origen, en el tránsito y en las llegadas.

Tarajal vuelve porque el mar sigue devolviendo cuerpos sin vida a las playas ceutíes, como el del joven marroquí sin identificar que apareció en la playa del Chorrillo el pasado día 10 de enero.

Tarajal vuelve porque aunque los cuerpos migrantes sigan varados en Canarias, Ceuta o Melilla, otros cuerpos negros y blancos estamos aquí en el continente europeo para sostener el testigo del derecho a vivir dignamente y a transitar por vías legales y seguras de las personas que aún no han llegado.

Tarajal vuelve porque Europa devuelve mientras somos muchas las personas que, frente a las políticas de muerte, queremos acoger, que no olvidamos y que, año tras año, hacemos memoria, defendemos la vida y exigimos al gobierno español que se responsabilice de las muertes del 6 de febrero de 2014 y de todas las muertes y violencias que se producen en la frontera sur.

Un día antes de ser asesinada, Marielle Franco -defensora brasileña de los derechos de las mujeres y las comunidades negras de las periferias frente a la violencia policial- se preguntaba en un tuit a raíz del homicidio de un adolescente: «¿Cuántos más deben morir para que acabe esta guerra?».

La onda de su tuit, desde ese otro lado del océano, nos devuelve la pregunta: ¿Cuántos y cuántas más deben morir para que acabe esta guerra colonialista contra el pueblo migrante?

Las vidas negras de Tarajal nos importan. Tarajal presente! Euskalherria presente con las ciudades de otros territorios los días 5 y 6 de febrero!

 

Cristina Garcia de Andoin Martin   Ongi Etorri Errefuxiatuak

 VIII MARCHA POR LA DIGNIDAD DE TARAJAL Euskalherria