Cuál es el lugar al que deben ir las personas que no tienen ningún espacio asignado para pasar la noche? No sé dónde habrán acabado los chicos que ayer estaban en las inmediaciones de Atxuri, buscando un sitio para dormir donde no les viese nadie, donde no estorbasen a nadie, donde taparse como mejor pudieran e intentar dormir sin que apareciese la Policía para levantarles y que se fuesen a dormir a otra parte donde no se les viese ¡Toda una solución!

Que no se les vea, que no se sepa que existen, que su presencia no inquiete o incomode siquiera al vecindario «de orden» porque llamarán a su Ayuntamiento que resolverá rápidamente la situación… echándoles de todas partes y hacia ningún sitio. ¡Un despropósito!

¿Tan difícil es ponerse en el lugar de estos chavales? ¿A nadie se le ocurre que alguno de ellos podría pensar que es mejor estar en el calabozo que a la intemperie? Pero no, tendrían que desechar la idea porque, si alguien debe temer manchar su expediente con un delito, son quienes aspiran a convivir y participar en nuestra sociedad con su trabajo y capacidades.

Se les pide que no hagan ruido, que no molesten, que no se les vea. Se les pide que, con todas sus necesidades sin cubrir y sin ningún tipo de recurso, sean más ordenados y más limpios que nadie.

¿Quién crea conflictos? ¿Qué estamos reprochando? ¿Quién puede pedir a alguien en su situación que cumpla unas normas de ciudadanía cuando no se les reconoce ni como personas?

¿No sería mucho más saludable para la convivencia conocernos, hablarnos, saludarnos como vecinas y vecinos que compartimos espacio en el barrio? Cerrar los ojos ante problemas humanos que tenemos delante y poner puertas, candados y vallas, separa, sí, pero empeora la situación, no la resuelve.

En lugar de alimentar el miedo por parte del Ayuntamiento y ofrecer su ayuda para «defenderse» de unas personas que querrían pasar desapercibidas, nada más fácil que dar satisfacción a todas las partes con instalaciones para dormir, asearse y guardar sus enseres e incluso poder estar en un espacio protegido durante el día y no obligados a deambular por la ciudad. Y sería barato. Barato económicamente para la dimensión del problema de que se trata, porque siempre es más barato atajar conflictos que tener que resolverlos.

Todo el mundo debiéramos poder dormir bien, y hay quien sólo necesita unas mínimas condiciones para conseguirlo. A otra gente se le hace difícil dormir por miedo a su inseguridad y, a algunas, por dolor solidario con los primeros.

Que el sueño no sea la pesadilla de nadie. Nuestro Ayuntamiento puede resolverlo.

Raquel del Olmo, de Ongi Etorri Errefuxiatuak

Publicado en NAIZ el 22 de febrero de 2022