El SMUS es un servicio público subcontratado por el Ayuntamiento de Bilbao para la atención de situaciones de urgencia. Cada día, personas recién llegadas a Bilbao, personas que viven en la calle y personas recién salidas del hospital acuden al SMUS en busca de ayuda, ya sea en forma de alojamiento provisional, servicios de comedor, acceso al derecho a empadronamiento social, etc.

Resulta paradójico que en el Bilbao de la Gabarra, del Guggenheim, del Tour de France y del BBK Live, la ciudad que se muestra al mundo como un ejemplo de modernidad, sostenibilidad y hospitalidad, haya a diario cientos de personas viviendo en la calle y pasando hambre. Y no es solo eso.

Además de vivir en situaciones críticas, estas personas no reciben ningún tipo de ayuda directa por parte del Ayuntamiento de Bilbao, que delega al SMUS la gestión de la emergencia, mientras es responsable tanto de la situación de pobreza como de la falta de recursos para gestionar dicha emergencia.

Anteriormente, bastaba con pasar una mañana cualquiera por fuera de las oficinas del SMUS para darse cuenta de la grave falta de recursos que sufre este servicio: colas interminables desde la madrugada para quienes desean ser atendidos, sin ninguna garantía de lograrlo, trato indigno, tensiones y un ambiente deteriorado por la gravedad de la situación de todas las personas que esperan allí. Hace unos
meses implementaron un sistema de citas online que ha acabado generando una situación de colapso en la que, cuando hay citas disponibles, es necesario aguantar listas de espera de más de dos meses.

Así, han tratado de mejorar la mala imagen que producen las colas, sin dar ninguna solución real al problema: todo lo contrario, la respuesta institucional a las colas del hambre se resume en una situación de bloqueo que no está siendo capaz de atender situaciones de emergencia social.

Es evidente la contradicción de que un servicio que dice gestionar “urgencias” lo haga a través de citas online, que no siempre están disponibles y, cuando lo están sea con listas de espera de más de dos meses. Sin olvidarnos por supuesto de todas las personas que no consiguen o no tienen recursos para poder utilizar este sistema.

Por otro lado, la insuficiencia de recursos que el ayuntamiento de Bilbao destina se manifiesta directamente en la saturación de los servicios e imposibilidad de proporcionar las ayudas básicas, agravando la precariedad de quienes acuden al SMUS.

Estas personas se encuentran atrapadas en un eterno chantaje para acceder o mantener el empadronamiento social, reciben comida de mala calidad (cuando logran recibirla) y son castigadas con la suspensión de la tarjeta de comedor durante días en caso de ausencia sin aviso, entre otras penurias.

A todo esto, se suma la precaria situación de los trabajadores del SMUS, quienes deben enfrentarse diariamente a situaciones críticas que exceden la carga de trabajo asumible. Por todo esto tenemos claro que el Ayuntamiento de Bilbao es el verdadero y único responsable de esta situación.

Mientras este Ayuntamiento no pierde ocasión para presentarse como un ejemplo de acogida y políticas inclusivas, una vez más son los colectivos más vulnerables quienes sufren este maltrato y abandono.

Entre ellos se encuentran personas migrantes, ya sean recién llegadas en busca de recursos básicos para sobrevivir o aquellas que llevan años intentando obtener un empadronamiento social para poder vivir en esta ciudad; personas sin hogar y sin posibilidad de asegurar una comida para sus familias; mujeres expulsadas del mercado laboral y con tareas de cuidados a sus espaldas, y un largo etcétera.

Según el último recuento oficial, más de 500 personas duermen a diario en la calle en Bilbao. Otro espacio más, otro campo de batalla donde el Ayuntamiento de Bilbao libra su guerra contra los pobres.

No nos sorprende que, después de haber apoyado con su silencio cómplice los desalojos ilegales en los barrios más pobres, de haber actuado como empresa de desocupación en “defensa” de sus Viviendas Municipales, y de haber avalado los recortes a RGI y PCV, que representan una clara ofensiva contra los más pobres y desfavorecidos de esta sociedad, las instituciones hayan decidido cortar el grifo y rebajar las ya pocas migajas que repartían para su lavado de cara y encubrimiento de sus verdaderas políticas.

Por todo ello, exigimos medidas urgentes y efectivas para acabar con la situación de emergencia que viven cientos de personas en Bilbao. Exigimos una gestión digna y eficaz de las urgencias que padecen las personas que acuden al SMUS. Es hora de que el Ayuntamiento de Bilbao deje de lavarse las manos y asuma su responsabilidad para garantizar que todas las personas, independientemente de su situación, reciban la ayuda y el respeto que merecen.

Así, ASETU Herri Biltegia, Atxuri Harrera, Irala Harrera, Ongi Etorri Errefuxiatuak y SOS Racismo nos hemos unido en esta campaña de denuncia para exigir al Ayuntamiento de Bilbao que ponga fin a esta situación de emergencia. Que destine los recursos que sean necesarios y que garantice que en Bilbao no haya ni una persona más en la calle y ni una persona más pasando hambre. Ellos dicen que 500 personas duermen a diario en la calle, nosotras sabemos que son muchas más.

Por todo ello hemos reunido 1500 firmas de vecinas de Bilbao que entregaremos por registro para exigir al Ayuntamiento que tome cartas en el asunto de una vez. 1500 personas que han mostrado su apoyo a la campaña y su preocupación por la situación de vulneración de derechos a la que está sometiendo el bloqueo en el SMUS.